Thursday, October 30, 2008

HOMENAJE PÓSTUMO AL POETA Y REVOLUCIONARIO PANAMEÑO
RAMÓN OVIERO



AQUÍ SOBRE ESTA TIERRA


AQUÍ sobre esta tierra y puño a puño
blandid espadas pero no claveles;
firme la voz y mientras tanto fieles
el pulso, el corazón junto al terruño.
¡Ya no! Ya no diré: celajes, cuño
de aurora, luces de tu frente, mieles
de tu boca. Y aquellas pero infieles
rosas, putas serán no de este puño.

Me voltearé. Te voltearás y luego,
cercano al codo de tu brazo izquierdo,
verás -¿verás?- pasar gallos de fuego.

Mas como dije (y digo) y vuelvo y juro,
en altavoz dirás lo que me muero
por ser de cal, palabras que procuro.



De Hoy poesía. Panamá, 1965.



BAJO TU PIEL CABALGO

loco iconoclasta de mí
y desato muslos y conocidos senos
colinas de mi infancia
y volvemos siempre en espiral
a aquel mismo camino
en tanto
voy mordisqueando
tu pezón izquierdo
cuando te da por reclamar
entre cortos aullidos
la consumación
del juicio
final.



De Contrapartida, México 1974



CUERPO EN EXILIO


son las cinco de la tarde esta lluvia para mí
desconocida todavía /
tiene un sabor de no sé cuáles distancias

la música de best montgomery que escucho
por la radio
me recuerda uno que otro atardecer más allá
o más acá de tus fronteras


De Cuerpo en el exilio. México, 1972



EL PROBLEMA COMIENZA

Cuando
quieres olvidarte
de tu sombra;
cuando
te tratas de escurrir,
pero la sombra insiste,
cuando buscas
refugio
en la esquina
derecha de tu calle
y de tu alma,
pero el ventrículo
izquierdo te delata.


De Las cartas sobre la mesa. México, 1977.




LA LUZ Y LA PAZ SON PARA TODOS


Digo que siempre
debemos ir buscando
y desnudando
las palabras sencillas
para llegar a todos.
Para contar
así, muy claramente,
todas las cosas
que se nos van quedando
en medio de las horas.
(…)


PRESENCIA DE LA SANGRE ADOLORIDA


Decidme rosa amarga del sollozo:
eclipse sideral de dura piedra:
mortaja inextinguible del dolor:
corazón repartido en mil pedazos:
cadealzo adolorido de tu sombra:
resonancia de hueso torturado:
campanario de frágil amargura:
raíces del dolor de los humanos
decidme: están las calles como siempre?
Son los hombres los mismos que gritaban
repartiendo la fecha del sonido?
Son los mismos? Los mismos que luchaban
con hojas y jazmines en los dedos?
(…)


De Los golpes y las horas. Panamá, 1959-1961




Ramón Oviero. Nació en la ciudad de Panamá, el 29 de octubre de 1938.
Obtuvo el Premio Literario Ricardo Miró en 1961 y 1977 en la sección de poesía. Fue consultor de la UNESCO. Se desempeñó como periodista en Panamá y México. Trabajó en el Diario La Prensa. Director de Galerías de Arte. Becario de la Comunidad Latinoamericana de Escritores (México, 1977). Director de la Editorial Mariano Arosemena del Instituto Nacional de Cultura (INAC).
LIBROS, CUADERNILLOS Y FOLLETOS PUBLICADOS:
Libros de poesía: Los golpes y las horas (Revista "Tareas", Panamá, 1963); Tres cantos para la paz (la edición, Panamá 1965; 2a edición Imprenta Vanegas Arroyo, México, 1971, con Dimas Lidio Pitty y José Manuel Bayard Lerma); Tú en una isla como una brasa ardiendo, (Ediciones Pentágora, México, 1973); Aquí sobre esta tierra (Editorial Extemporáneos, México, 1973)- Contrapartida (Federación Editorial Mexicana, México, 1975); Las cartas sobre la mesa (INAC, Panamá, 1978); Ese tu candado ahogándose de Naves (Imprenta Mallol, Panamá, 1983. Carpeta con dibujos litográficos de Mario Calvit); Inventariando (Ediciones Formato Dieciséis, Universidad de Panamá, 1985); Décimas de viajes y otros del caminar (INAC, Panamá, 2002).
También ha publicado: Panamá: su patrimonio cultural (Panamá, 1993), en colaboración con Héctor Rodríguez C y Para sentir la pintura (Dunia M. & Oviero Editores, Panamá, 1994), Hablemos de pintura (Entrevistas a pintores) (Editorial Universitaria, Panamá, 2000), Ese tu candado ahogándose en llaves (Editorial Portobelo, Panamá, 2005).

Combatiente Revolucionario
Fue integrante, junto a Floyd Britton, del Movimiento de Unidad Revolucionaria (MUR). Participó de las acciones armadas contra el golpe militar de 1968. Miembro del Movimiento de Liberación Nacional 29 de Noviembre (MLN-29).
En 1972 partió al exilio a México. Allí compartió el destierro con entrañables compañeros, como la poetisa Diana Morán y el historiador Herbert Nelson.
A su regreso a Panamá siguió apoyando las luchas populares y se dedicó a fomentar la cultura y promover a los artistas y valores nacionales.





RAMÓN OVIERO IN MEMORIAM


Por Adriano Corrales Arias*


A Ramón Oviero lo conocí en ciudad de Panamá fugazmente. Luego fui su compañero en un jurado de un certamen de pintura organizado por el Instituto Nacional de Cultura de Panamá y regentado por el indomable artista chiricano Manuel Montilla. Allá en David, disfruté de su compañía y de su conversa y aprendí a reconocer a uno de los grandes humanistas y luchadores panameños de los últimos 50 años. Y además, poeta.

Conseguí sus libros y le leí. Poesía inmediata alguna, filosófica la otra. Pero lo fundamental: la cultura y la verticalidad extraordinarias de un hombre que siempre quiso patria como techo y techo como patria para todos. Un convencido del pensamiento martiano y bolivariano por lo que hubo de sufrir cárcel y exilio. Fue integrante del Movimiento de Unidad Revolucionaria (MUR) y participó de las acciones armadas contra el golpe militar de 1968. También fue miembro del Movimiento de Liberación Nacional 29 de Noviembre (MLN-29).

José Iván Romero Jaén, más conocido por su seudónimo Ramón Oviero, nació en la ciudad de Panamá, el 29 de octubre de 1938 y murió el 19 de octubre del 2008 tras una larga enfermedad. Nacimiento y muerte casi coinciden el mismo día del mismo mes. Realizó estudios de Filosofía e Historia en la Universidad de Panamá. Fue director de la Editorial Mariano Arosemena del Instituto Nacional de Cultura y ejerció el periodismo cultural tanto en Panamá como en México. En ese país se activó culturalmente durante la década de 1969 a 1979.

A su regreso a Panamá ejerció el periodismo en el diario La Prensa, desde su fundación en 1980, hasta 1984. Fue consultor de la UNESCO sobre patrimonio cultural de Panamá y editor de la revista Artevisual (1985-87). Recibió el Premio de poesía en el Concurso Literario Ricardo Miró en dos ocasiones (1961 y 1977) y fue becario de la Comunidad Latinoamericana de Escritores en 1977 durante su larga y nutritiva estadía en México.

Los principales libros que nos deja son: Los golpes y las horas (1963); Tres cantos para la paz (1965); Tú en una isla como una brasa ardiendo (1973); Aquí sobre esta tierra (1973); Contrapartida (1975); Las cartas sobre la mesa (1978); Ese tu candado ahogándose de Llaves (1983); Inventariando (1985); Décimas de viajes y otros del caminar (2002); Panamá: su patrimonio cultural (En colaboración con Héctor Rodríguez, 1993); Para sentir la pintura (1994) y Hablemos de pintura (Entrevistas a pintores, 2000).

Sirva este breve recuento de su vida y de su obra como un sencillo homenaje a su postura siempre enhiesta alrededor de los principales valores del pueblo panameño y de las humanidades en general.


*Escritor costarricense

Tuesday, October 28, 2008

VOCES DEL SIGLO XXI



VERÓNICA VIOLA FISCHER
(Argentina, 1971)






¿TENÉS PASTA?


Todos, y mi médico aseguran
que tengo una vida
interior bastante rica como para
no sentirme
sola
Debo pulir
toda encía rebelde
con un cepillito
antes de dormir. Hoy no comí
remolachas – explicaba en mi terapia-
son estas
palabras se me caen a cachos y
golpean Si son
ricas? El interior se hace
destrozar sin son muchas?
por una belleza falsa
No sentirme, no
La tengo en la punta de la lengua
es una chinche
de metal bastante insulsa
como para no decir
Cómo no decir: pará
de hachar el frenillo y coséte
una jaula en mitad de la garganta
¿Tenés pasta?
para sobrevivir no
quiero lavarme otra vez, no mires
lo que disfruto. Antes de dormir ay
rica cebolla, hoja
por hoja diente por diente muela
a palos
su idea
incorrecta aprenda que
la realidad no es solitaria y usted
es real
que tengo una vida
aseguran todos, creyentes del ojo porque
me ven consideran
que existo.



FRAGMENTOS



Le dijo la quería Barbie
y ella
estúpidamente
se dejó crecer
la barba
Como vos papito
me chilló
Le dije que la quería
menos
que antes
yo jugaba con Barbies
cuando era pibe
pero ella
no entiende
estúpidamente juega
a la pelona qué
mal la puse
¿ y ahora qué?
viene con una gillette en la mano
afeitáme papito
qué golazo
me pide le corte la yugular



De mamá tuve un cordón umbilical
y de papá también
tuve un cordón
cerebral
que el medico anudó
innumerables veces con una
fuerza descomunal y atroz

Desde el ombligo el ano
un bebé caquita blanca
como las manos de mamá
pero mi cerebro no sabe
hacer la digestión
su ombligo es mi boca
y mi boca es un tajo
al nudo
atroz un tajo y sangre
como las manos de papá
intentando anudar
otra vez su cordón



Hija mía
y de una gran
perra
¿dónde enterraste
los huesos
que todavía, estaban vivos?
sos el mejor amigo del hombre
y soy tu padre
dámelos
quiero mis huesos
sin tierra
que parezcan de marfil
hija mía
¿bajo arena
o cavaste un pozo
en el océano?
dámelo dámelo ya
hija
-los enterré en mi cuerpo
papá


VERÓNICA VIOLA FISCHER
(Argentina, 1971)


NOTA: Las ilustraciones artísticas que acompañan los textos son trabajos originales del artista vasco, Álvaro Antón. Puede otros trabajos suyos en: http://www.flickr.com/photos/albaralbardez/

Thursday, October 23, 2008


SOUTH SANDUSKY STREET


Las ves recorrer las aceras desamparadas.
Arrastran ojos en los aretes
colgando de sus ombligos.
Empeñada la inocencia,
en prontitud al semen
del horóscopo.
Pasan, sirenas en búsqueda
del minotauro, o de Carontes.
Y tú, en la ducha confiesas
los espermas; abofeteas el pecado
con manos temblorosas.
Las ves con tu tercer ojo
jugar desnudas en tu bosque
de obsidianas y jade.
Tus labios te despiertan
de la odisea, y está húmedo,
Ulises. Tus manos sudan
por la desnudez del mástil,
pero la barca, ya está perdida.



©Daniel Montoly

Tuesday, October 21, 2008

Entrevistas: No fue mi intención ser “maldito”

El escritor brasileño Ferreira Gullar, admirado por Vinicius de Moraes, fue perseguido en los años ’70 por las dictaduras latinoamericanas y hoy regresa a Buenos Aires donde 33 años atrás escribiera su obra capital, el texto Poema sucio

por Silvina Friera

Las dictaduras latinoamericanas le mordían los talones a Ferreira Gullar, “el último gran poeta brasileño”, según Vinicius de Moraes. Denunciado por un compañero del Partido Comunista bajo tortura, el poeta, ante la fragilidad de su situación, decidió pasar a la clandestinidad a fines de la década del 60. La sensación de que tenía los días contados lo obligó a exiliarse. Lo que nunca sospechó es la mala suerte que tendría para elegir refugios.

Llegó a la URSS en agosto de 1971 y se quedó hasta mayo del ’72, cuando decidió rumbear para Chile. En Santiago, se encontró con el violento epílogo del gobierno socialista de Salvador Allende. Cuatro meses después de su llegada, se produciría el golpe de Pinochet. Si pudo eludir la salvaje cacería que sufrirían los comunistas chilenos y extranjeros, fue porque nadie sabía por dónde andaba Ferreira Gullar, y eso evitó que fuera llevado al Estadio Nacional, donde mucha gente fue fusilada. Escapó a Lima, pero como no encontró trabajo, decidió instalarse en Buenos Aires.

“¡Ah, de la vida!... no hay calamidad que no me ronde”, podría haber parafraseado a Quevedo, cuando desembarcó en Ezeiza exactamente el día en que murió Perón, el 1º de julio de 1974. Tenía su pasaporte vencido y estaba rodeado de dictaduras.

Pronto llegaría Videla para agudizar el cerco. En un departamento de la avenida Honorio Pueyrredón, en el barrio de Caballito, entre mayo y octubre de 1975, convencido de que era lo último que haría, que podría desaparecer en cualquier momento, Ferreira Gullar escribió Poema sucio, uno de los poemarios capitales de la literatura brasileña, publicado recientemente por Ediciones Corregidor en una edición bilingüe —que incluye En el vértigo del día, libro que reúne poemas escritos entre el ’75 y el ’80— al cuidado de Paloma Vidal y Mario Cámara.

Treinta y tres años han pasado de ese derrotero de exiliado político en la Argentina, de la escritura en trance de esa composición sinfónica que es Poema sucio (“pero viene junio y me apuñala/ viene julio y me lacera/ septiembre expone mis despojos/ en los postes de la ciudad”), y esta es la primera vez que Ferreira Gullar regresa al país.

“¿Por qué tardé tanto en volver?”, repite la pregunta que le hace PáginaI12, alzando, con exageración, sus huesudos hombros. “No soy masoquista, necesitaba cicatrizar las heridas”, dice, y sus carcajadas sacuden el cuerpo flaco como un elástico de este poeta nordestino, maranhense, sanluisense, que nació en la ciudad de Sao Luís, capital de Maranhao, el 10 de septiembre de 1930. Aunque a los 78 años se confiesa curado del trauma que significó su clandestinidad porteña, cuenta que el problema más grande que tuvo para venir hasta Buenos Aires es su irreversible pánico al avión. Desde Río de Janeiro, donde vive, viajó durante dos días, por tierra, en auto.

“Era la primera vez que escribía un poema tan largo y pensaba que sería mi último libro”, recuerda Ferreira Gullar, moviendo las manos en círculos como espantando viejos fantasmas. “Tenía mucho temor por la calidad del poema, escrito bajo el imperativo de esa urgencia; me daba vergüenza leerlo en público, no se lo quería mostrar a nadie. Pero en la casa de Augusto Boal (que entonces vivía en Buenos Aires), Vinicius de Moraes me insistió y leí Poema sucio para un grupo de unas diez personas.”

Vinicius, conmovido “hasta la médula”, según sus propias palabras, por esa lectura, convenció a Ferreira Gullar de hacer una grabación con esos versos para burlar el cerco de la censura militar brasileña. El cassette llegó a Brasil y Vinicius lo reprodujo entre amigos. El poema comenzaba a circular.

“Nadie sabía dónde estaba yo; el Partido Comunista, al que pertenecía, decía que no podía decir mi paradero. Yo era una voz desaparecida que reaparecía en mi país. Y mi voz, en la clandestinidad, causaba sensación”, repasa el poeta, que se acomoda un mechón de ese pelo blanquísimo y un tanto rebelde que se quiere meter en la boca de Gullar. De mano en mano, el cassette llegó a Da Silveira, dueño de la editora Civilizaçao Brasileira, que decidió publicarlo.

En 1976 el libro fue presentado sin la presencia del autor, pero la repercusión y la popularidad que fueron generando esos versos sucios, allanaron el camino para que Ferreira Gullar regresara a Brasil en 1977.

¿Por qué eligió titularlo Poema sucio?


—No era un poema para agradar, no debía obedecer a ninguna norma ni regla de mi propia poesía. Yo quería que fuera estilísticamente sucio, estaba dispuesto a hablar de todo: de mis intimidades, de mis experiencias sexuales, en fin... También era sucio moralmente. Sabía que hablaría de la miseria brasileña y de la pobreza, que es tremendamente sucia. Le puse ese título por intuición, en ese momento no pensaba en estas cosas. No escribí este poema con un tono político ni es un poema sobre mi exilio. Es cierto que estaba en la clandestinidad, en Argentina, viviendo una situación política muy frágil, pero no pensaba en la política. Fue una escritura existencial, pero claro que aparecen en el poema las cuestiones políticas porque hacen a mi vida.

Quizá la angustia del fugitivo —acosado por las dictaduras latinoamericanas ensañadas en desatar sus virulentas represiones justo cuando los pies del poeta pisaban el suelo de un país— haya dejado huellas en los surcos que se forman en la frente de Gullar. El poeta, que se esmera por disimular la inquietud que le provoca remover los escombros de ese pasado reciente, se queda mirando la llovizna que cae sobre la avenida Callao, tal vez pidiendo una tregua. Antes de escapar de cuanta dictadura se le cruzara por el camino, tuvo que huir, a tiempo, del equívoco que podría haber generado conservar su nombre verdadero: José Ribamar Ferreira.

“Mi nombre de pila es muy común en Maranhao. Había muchos escritores con nombres parecidos: Ribamar Pereira, Ribamar Galiza, Ribamar Silva.... Pero había un Ribamar Pereira que era un poeta muy flojo, y un día apareció publicado un poema suyo con mi nombre: Ribamar Ferreira. Entonces decidí cambiarme el nombre para evitar que me atribuyeran poemas que nunca hubiera querido escribir”, señala el poeta, que tomó el Goulart de su madre, un apellido de origen francés, y adoptó desde entonces la grafía en portugués: Gullar.

Frente al callejón sin salida de la muerte, Poema sucio es un poema mugriento de imágenes vitales que giran en torno de la infancia, los olores, las calles y las casas de su tierra natal. “Esa era mi vida, yo no tenía amargura por el hecho de haber nacido pobre; tuve una infancia muy divertida, nunca fui una persona dramática, triste, quejosa”, aclara el poeta.

“Cuando empecé a publicar, mi madre estaba muy contenta; ella no tenía mucha cultura, pero le gustaba leer, y sentía una gran felicidad por tener a un poeta en la familia.”

En el momento más bello de este extenso poemario, la voz poética evoca un viaje junto al padre (“entramos al vagón los dos/ yo entre alegre y asustado/ mi padre (que ya no existe)/ me hizo sentar a su lado/ tal vez más feliz que yo/ por llevarme a mí de viaje/ mi padre (que ya no existe)/ sonreía con los ojos”), recobra las incertezas de lo vivido (“No sé de qué vértigo está hecha mi carne y este vértigo que me/ arrastra por avenidas y vaginas entre olores de gas y orina”), registra lo que observa (“Hombre muerto en el mercado/ sangre humana en las legumbres./ Mundo sin voz, cosa opaca”).

Una de las partes más conmovedoras de Poema sucio es cuando rememora el viaje en tren con su padre. ¿Esa experiencia fue también un modo de descubrirse poeta?


—Este poema es un rescate del tiempo vivido, y ese viaje con mi padre es algo que ocurrió en mi infancia; fue mi primer viaje, una experiencia muy linda porque fue el descubrimiento del mundo, atravesando los bosques y el campo. El hallazgo de la poesía fue posterior. Descubrí que podía ser poeta cuando en una clase escribí una redacción y la profesora consideró que estaba muy bien escrita. Como no sabía qué hacer en la vida, me dije que podía ser escritor (risas). A Sao Luís no había llegado la poesía moderna; al principio escribía como los poetas nacionales del siglo XIX, era un parnasiano que vivía en Macondo (risas).

“Después llegó el movimiento modernista, pero en ese Macondo todo sucedía cien años después. Entonces descubrí la poesía moderna y me puse a estudiar para entender por qué escribían de esa manera tan extraña, sin rima, sin métrica, sin nada. Ahí descubrí la riqueza y creatividad que te permitía la poesía moderna y supe que seguiría por ese camino. Pero nunca pensé en hacer vanguardia o ser un poeta vanguardista.”

Pero fue vanguardista cuando escribió en 1959 El manifiesto neoconcreto y La teoría del No-Objeto, dos textos que fueron decisivos para la vanguardia de su país.



—Yo no concordaba con las ideas del movimiento concretista de San Pablo porque tenía a mi modo de ver una visión equivocada de la poesía. Ellos decían que la poesía tenía que ser planeada, que debía considerarse racionalmente, matemáticamente, que tenía que ser hecha a partir de ecuaciones matemáticas. ¡Era imposible escribir un poema bajo esas condiciones! Las vanguardias siempre dicen lo que no hacen. Prometen una cosa que no cumplen. Las vanguardias nacieron como los partidos políticos que tienen manifiestos, como el Manifiesto Comunista. Los partidos prometen cosas y las vanguardias también. Nada de lo que prometía el manifiesto del futurismo de Marinetti se realizó.

“Yo escribí un manifiesto neoconcreto, pero no anunciaba nada, hablaba de lo que ya habíamos hecho. El poeta es un ser incómodo que suele ser perseguido porque piensa de un modo distinto, pero nunca fue mi intención ser un poeta maldito. La poesía existe porque la vida no basta, ¡pero yo ya sé que la vida no tiene ningún sentido!, entonces me interesa darle un sentido, buscar, encontrar y discutir esos posibles sentidos. Yo no me voy a cortar la oreja para ser un poeta maldito.”



Tomado de Página/12




Nota:Esta entrevista apareció originalmente en Página/12 y fue tomado de La Ventana

Monday, October 20, 2008



YA ESTÁ EN LA RED EL ÚLTIMO NÚMERO DE LA REVISTA
alex_ lootz



alex_lootz 13: gris sobre fondo gris


http://www.alexlootz.com/



alex_lootz revista literaria cumple, con este número 13, algo gris, al menos en cuanto a la portada se refiere, tres años. Por nuestras páginas han pasado las firmas de más de cien personas, poetas, narradores, fotógrafos, ilustradores y algún que otro personaje inclasificable, desde Pepe Abascal hasta Luis Antonio de Villena, de la A a la V (a falta de Z).

En este número se añaden a este grupo Daniel Montoly, desde Republica Dominicana, con su poema-reivindicación Canción fuera de tono, Emilio Picón Salvador, desde Almería con su poema Cerrado, Jorge Heras García, desde Madrid, con su poema-surrealista El constructor de paisajes, Mario Crespo, desde Zamora, con su crudo relato Debajo del asiento y Pablo Giordano, desde Argentina, con el relato hiperrealista La muerta.

Nos acompaña también, como viene siendo habitual, Paloma Benavente con una nueva entrega de las aventuras de África, siempre en búsqueda, siempre en las calles de Madrid. Disfruten de este número y deseen con fuerza el siguiente

iñaki echarte vidarte
coordinador alex_lootz revista literaria
c/general manso 2 bajo A izda 28011 madrid
615 138 434
alexlootz@yahoo.es / alexlootz@alexlootz.com
url: http://www.alexlootz.com/
blog: http://extranomd.blogspot.com/

Sunday, October 19, 2008


HOMENAJE DEL WRONG SIDE AL POETA DOMINICANO,
DOMINGO MORENO JIMENES


Islas mentales


Cuando llevé las anclas viejas a casa
la noche estaba iluminada de rocío
y sobre las manecitas de mis hijos dos margaritas púberes
se entreabrían
y se cerraban.

Todo era ojos en el barrio para ver el poniente.

Chillaban los niños,
meditaban las viejas,
alargaba un juramento rebuzno.

La tarde estaba llena de presentimientos,
rondaba por las callejuelas un silencio de siglos;
todo el pueblo postumista esta como ido
o retrasado en un espacio de catorce mil años.

Era una hormiga:
Raptada la tierra.
Miraba de soslayo el mundo.
¿El sol?: un relámpago.
Un peñasco: fuerzas, fuerzas, fuerzas.

Tu sueño, mi sueño, su sueño: sombras, inmovilidad, nada.

¿Dios?: nadie me ha mostrado la huella de su
virtualidad, y por eso tengo que concluir que no existe.
¿Y la ciencia? ¿Y la verdad? ¿Y el arte?

Si no fuera porque la emocionina, aún
circula por mis arterizaciones, también
te iba a contestar que no existen.

Una caoba bruñida.

Al cabo del primer año: ligeros puntos grises.
En el segundo: un pasmoso silencio.
En el tercero: la curvatura de mi alcatraz
sobre sus espejeantes ondas.

Un lustro: una soledad de pormenorizaciones
que quería como agigantarse por momentos.

Un siglo. Dos siglos. Tres siglos:
Un ligero temblor en mis labios que deja al silencio
un tañido.

Ante el primer milenio:
Una maravilla. La maravilla
que paraliza el juego de los párpados
y deja, sin medida de tiempo, un eterno
carbunclo en los ojos.

El localismo que me rodea parece exótico
de tan matizado de símbolos.

No parece sino que se han crepusculizado todas
las rosas.

Con esencia de nardos desconocida
y un dejo en el hablar de dardo lento,
trataba de resumir, por momentos en una palabra,
todo “el ayer” y “ el mañana” de la Tierra.

Cuando le puso la moneda en la mano,
el esclavo se dijo: “esta es mi libertad”
y le volvió la espalda para siempre.

Toda la tarde se desvanecía en un rosicler mustio
y el espejear de todos los días venideros estaba
como pendiente
de un arroyo de láudano,
y de tinta.

La sangre de los sembradores ponía como la tierra mansa.
Sabaneta parecía una forastera cargada de collares rojos
y de lunares comunes blancos.

Yaguajal ofrecía su reflejo verdoso
y Tomines enrostraba sus pedregales al caminante.

La tarde que quería como venírsenos encima,
nos envolvía en un ambiente
de lunas y de pájaros.

La trepidación de una espontaneidad superior
hendía los aires y los recreaba,
y a horcajadas, sobre toda cosa viviente
o presentida, el afilado diente de la noche.

Perplejo ante la verdad y la vida.

¡Y aunque tratase de exasperarme:
en el límite de la nada!



Realidad


Suponed junto a la castidad de la naturaleza
la naturalidad del sentido casto.

Prended junto a la flor de la ternura
un hálito de unción, de paz y de cuidado sublime.

¿Habéis visto cómo andan en los pavimentos medio deteriorados
los familiares de enfermos que quieren agravarse?
¿ Habéis visto un niño sonreír en el alba
y clamorear en la media noche?

¿Alguna vez se os ha agotado la lumbre?

¿Habéis constatado en cierto determinado instante
que la sal estaba escasa en casa?

¿Habéis presentido da las once
sin ver llegar la leche para los pequeñines de las encías mondas?

En este veintitrés de agosto
alineo junto al fervor de sus mejores actos
las gravideces de la existencia que se me ha vuelto
suprasensible.


Postumismo

Una palma real,
esbelta y armoniosa como son las palmas,
inicia su balanceo rítmico
frente a mi ensimismamiento estático.
El aroma del café
pilonado en la cercanía,
me presta un esbozo viril,
que enmascarado de un vigor de salud,
es sólo ansia indescriptible
de una forma instintiva
y perfecta.

Salgo a tomar el fresco
pero en seguida estoy de codos sobre el alféizar,
atraído por la magia
de aprisionar en tres parcos renglones
el instante vivido.
Veo los niños construir hornos de tierra,
y en seguida me punza la locura
de amasar con arte sus juegos
o eternizarlos en una imagen atrevida y nueva
que es casi lo mismo.

(Con todo
el tiempo apenas reparó que yo irrealizaba).



Paisaje de villa francisca

Luz,
crepúsculo
y noche.
Los diletantes continúan en las mecedoras.
--Un barco
--Tres restos de columnas carcomidas por la intemperie.
--Una miríada de avecillas dispersas sin orientación.
Fritos.
Aire caliente de fogata.
Niñez.
Vejez.
Placer…. Después?
Placer, vejez, niñez...... hasta el renacimiento del mundo.


DOMINGO MORENO JIMENES
(República Dominicana, 1894-1986)


DOMINGO MORENO JIMENES (República Dominicana, 1894-1986) El poeta más importante del vanguardismo dominicano y representante del “postumismo” junto con Rafael Augusto Zorrilla y Andrés Avelino. En su poesía vanguardista caracterizada por la desarticulación de la métrica y de la armonía canta con acento propio los sentimientos, los paisajes y las cosas de su tierra natal. Según Hugo Verani “ la poesía de Moreno Jimenes encuentra su modo expresivo en el lenguaje coloquial, voluntariamente descuidado en su búsqueda de la palabra diáfana y transparente. El poeta dominicano aspira a ahondar en lo popular autóctono, convirtiendo el postumismo en un movimiento de afirmación nacional.




Fuentes: Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia de Mihai Grünfeld,
Wikipedia y otras fuentes del Internet.

Tuesday, October 14, 2008

¿Ella...77?


Llego. Ella pregunta: ¿Quien eres? Soy yo... ¿no me reconoces? Sigues siendo la misma descarnada sombra de lo que era. ¿Aún continuas escondida tras el disfraz de marfil cubierto de terciopelo corroído por las confidencias de la arena y por el reloj? No has cambiado nada. Oye: ¿Qué haces para no envejecer tus própositos? Nunca tomas vacaciones. No te maquillas el cinismo, tampoco te pintas los labios. Pero ¿para qué? No sabes sonreír. Odias que otros también te sonrían.

Claro. Eso si, sabes cómo arrastrarlos hasta oscuras alcobas. Coqueteas con ellos, o ellas. Porque eres bisexual. Bueno, tal vez... pan-sexual. Porque también te da por hacerle ojitos a ciertos animales... ¿No? ¿Por qué eres así? ¿Es de nacimiento? Si naciste así: ¿Quienes fueron tus padres? No...no. No me digas que la cuestión del huevo y la gallina se aplican a tu caso. En verdad, perdonas... pero me resulta imposible creerte. En este mundo, todo tiene un principio y un final. Todo Caín tiene una Eva, y un Adán en sus costillas…

La existencia material es un concepto dual. ¿Entiendes? Nucas ha visto a alguien preñarse sin previamente aparearse con el sexo opuesto. Bueno, hay excepciones. Como esa, de la virgen purísima que se embarazó de Dios. Pero ahora ¿oyes? Se han ido mucho más lejos porque puedes encargar tu bebé en una clínica de fertilización, escoger su género, y bueno, sí...sí. Lo escuché. Dicen que el siglo veintiuno se designará como “el de la desaparición de los géneros.” No...no. Eso no viene de mi boca. Es la teoría de algunos sicólogos postmodernos.

Creo que llevo demasiado tiempo hablando, y a ti no parece importarte. ¿Porqué estoy perdiendo mi tiempo de esa manera? En realidad, sólo iba de paso y me detuve para saludarte. Pero no estás de humor para charlar con este frustrado sociópata. Espero que sigas así. No me gustaría que cambiaras de parecer repentinamente, y te decidieras por aparecerte el día de boda, ni cuando vaya a recibir un premio. Me gustaría poder negociar contigo mis saliditas de tono.

Si vas a venir a verme, quiero que sea durante la noche, mientras duermo. Sin ruidos que puedan delatar tu presencia. Solos los dos, bajo la luna de la angustia. Rodeados con una alambrada de la incertidumbre. Quiero ser tu toro, y que me torees como la mejor torera en la historia de la tauromaquia. Y una vez que me duerma para no despertar, deseo que me susurres al oído, porque dicen que tus cantos, son tan dulces, que al escucharlos, los inmortales ofrecen su inmortalidad a tus pies. ¿Será que eres temida? o al contrario, ¿tan amada? Porque hay quienes se abalanzan en la oscuridad para ir en tu búsqueda. ¿...? Ven, bésame... yo te dejaré escupir tranquila esa sentencia que tanto alegra a mis fracasos.


©Daniel Montoly

Saturday, October 11, 2008


Saludos a los puertos


Hombre del Ecuador, arriero, agricultor
en la tierra pintada de dos climas,
conductor de ganado sobre la cordillera,
vendedor de mariscos y banano
en la costa listada de luces y de mástiles,
cultivador del árbol del caucho
y dueño de canoas en el río Amazonas,
yo te mando el saludo de los puertos
desde estos paisajes manufacturados.

Ámsterdam de chocolate:
los zuecos de las barcas en el canal hortelano,
casitas peinadas y limpias
como sirvientas educadas
y un aire muy perito en la jardinería.
Hamburgo azucarado de nieve
con su pipa metida en la funda del Elba,
el lenguaje marítimo de las grúas chillonas
y la alegría naval
de los astilleros fundadores de colonias.

Marsella de barcas pintadas
con el color de los trajes de los hombres de color;
los vendedores de pescado
saben las canciones de las cinco partes del mundo
y se eriza en las mesas la piña de África
al lado del melón cosmopolita,
las aceitunas negras
y el fondo submarino
preparado en conserva.

Trenes equilibristas
sobre los puentes afilados de la noche.
El convoy atraviesa la cascada del alba.
He aquí hasta la mitad del cielo
París, el primer puerto de los hombres:
Muelles del Sena con su pesca de libros;
Luxemburgo, paraíso de las nodrizas;
Torre Eiffel, la jirafa de las torres.

Mi salud canta oyendo los aviones
de la primavera internacional
aserrar la madera preciosa del cielo.
Estoy en la línea de trenes del Oeste
empleado en el Registro del Mundo,
anotando en mi ventanilla
nacimiento y defunciones de horizontes,
encendiendo en mi pipa las fronteras
ante la biblioteca de tejados de los pueblos
y amaestrando el circo de mi sangre
con el pulso cordial del universo.



El hombre del Ecuador bajo la torre Eiffel


Te vuelve vegetal a la orilla del tiempo.
Con tu copa de cielo redondo
y abierta por los túneles del tráficos,
eres la Ceiba máxima del globo.

Suben los ojos pintores
Por tus escaleras de tijeras hasta el azul.

Alargas sobre una tropa de tejados
tu cuello de llama del Perú.

Arropada en los pliegues de los vientos,
con tu peineta de constelaciones,
te asomas al circo
de los horizontes.

Mástil de una aventura sobre el tiempo.

Orgullo de quinientos treinta codos.

Pértiga de la tienda que han alzado los hombres
en una esquina de la historia.

Con sus luces gaseosas
copia la vía láctea tu dibujo en la noche.

Primera letra de un abecedario cósmico
apuntada en la dirección del cielo;
esperanza parada en zancos;
glorificación del esqueleto.

Hierro par marcar el rebaño de nubes
Afiche centinela de la edad industrial.
La marea del cielo
mina en silencio tu pilar.

Pintura


Alegría del balneario
con un sol nadador y ventanas vestidas a cuadros.

Cada bañista inventa un color nuevo
y los peces de los muslos en el agua
burlan todo los anzuelos.

Alegría del balneario
con un ramillete de cabezas y un puñado de barcos.
El mar su red prende en la arena
con alfileres de plata.
el horizonte navega.

Alegría del balneario
lamido de olas, de viento y de años.


El árbol de cacao


El árbol de cacao,
arcángel preceptor del loro verde.
Docencia de frescura
en la tierra caliente.
Adicción de colores, sustracción de sonidos,
cifra total de sombra.
Con una vocación celeste, dictas
tus lecciones de aroma.

De rodillas y con las manos juntas,
oyendo el rumor de las colmenas microscópicas
tu beatitud madura.

Rico de pensamientos en almendra,
consignas en las páginas del aire
la novela de las tierras vírgenes
y hasta el olor de la jícara de las abuelas
en el comedor de puertas calladas
donde gotea el reloj de pared
como una media naranja.


Tierras, bosques


Los labradores con la cabeza desnuda
veían quemar el bosque.
Tapábanse los pechos las encinas vírgenes.
Ardían de rodillas los robles apóstoles.

Matías dijo: Nos quitan nuestra tierra.
Pájaros carpinteros, vendrán los telegramas
a fabricar sus nidos con briznas de letras.
¡Pisaran nuestro campo los postes sargentos!
No más sor encina, no más fray manzano.

El patojo Tomas, con su cesto de lunas,
hundió su puño cerrado en el ocaso.

Los labradores regresaron al pueblo
Pinchando con sus trillos la pechuga del cielo.

Corrieron las madres a encuadrarse en los quicios
anudándose al cuello un pañuelo de angustia.
Y se tumbó llameando el bosque paternal
con un mugido de res moribunda.

Hasta después de muchos días
los ojos colorados del incendio
siguieron asomándose a los vidrios
y ensangrentando el pan en las casas del pueblo.


Jorge Carrera Andrade (Ecuador, 1903-1978) Como representante del Partido Socialista de su país al V Congreso Internacional Socialista celebrado en Moscú en 1928 Carrera Andrade recorre por primera vez Europa y conoce de cerca las escuelas vanguardistas europeas. “Unía Carrera Andrade su consagración al quehacer poético con una intensa activa preocupación social y un ansia de promover la solidaridad humana” nos dice Enrique Ojeada. Como editor de las revistas Humanidad y La Antorcha está involucrado con la izquierda ecuatoriana, y fue encarcelado debido a sus actividades izquierdistas. Empieza su trabajo vanguardista que más tarde se desarrollan en microgramas, poemas sintéticos parecidos a los haikus y a las greguerías de Gómez de la Serna. Aunque conoce bien a los surrealistas franceses no quiere ser surrealista porque no le interesa la sondear el reino misterioso de la superrealidad sino interpretar a través de sus imágenes el mundo con máxima claridad y transparencia, nos dice el poeta mismo. En respuesta a una encuesta sobre qué es la vanguardia y la importancia del nativismo en la vanguardia mundial, respuesta publicada en elán(1932) y en hontanar(1932), Carrera Andrade dice que se propone superar una definición exclusivamente europea del fenómeno vanguardista, adelantando una noción de vanguardia latinoamericana es un cuestionamiento de valores estéticos y de la estructura de poder, una rebeldía fundamental contra la dominación de una clase y contra las dictaduras estéticas. Su poesía vanguardista se caracteriza por contemplar y dar testimonio de la realidad, de los paisajes ecuatorianos y de los viajes al extranjero. Pero nunca olvida Carrera Andrade su perspectiva latinoamericana en estos viajes, en los cuales describe una Europa de postales irreales, estereotipadas y manufacturadas. Tampoco se olvida de transmitirnos las inquietudes sociales de su época, la protesta política con la explotación del indígena, del campesino, del trabajador.

Fuente: Antología de la poesía Latinoamericana de vanguardia (1916-1935). Autor: Mihai Grünfeld

Thursday, October 9, 2008



MIRADA EN SOMBRA

I

Sus manos se encerraron en la oscuridad
para no ser polvo, o sombras.
La inutilidad del pozo del oasis
forzó contra el viento las miradas de las alas,
de esos jinetes apocalípticos.
Tal vez, el camino empedrado de paciencia
le muestre la mujer
que gritó esa mañana, en sus pupilas
y desnudó ante él,
su escarabajo devorador de aliento,
el hueso mismo en su acrobacia metafísica.
No ha llegado el día. Toda la ausencia
reposará deficiente, en el sueño de grandeza,
o en el ojo de buey,
una galaxia casi extinta.
Jamás la marca será suya,
aunque Mamón le haya vendido cien historias,
aunque los pies de sus serpientes,
hayan borrado del futuro
las huellas de su infancia
en una tormentosa tarde. Jamás,
porque aún existe un lienzo
donde a soledad beberse el ojo.



(II)

Mientras góndolas y palomas
ahogan las catedrales,
se suceden eclipses
en las cúspides azules.
Ellos van a contarle a mis mujeres:
He ahí el vértigo de sus vaginas tristes
la dicha, por la que ahora sufren
y lloran, sulamitas, por el beso
de un extraño que nunca les dijo su nombre.
Toda su infancia han de reinventar
ese árbol… genealogía de viento.
¿Fui yo ese rico vagabundo
entre las dunas del bazar
o el amante, que al sol de Venecia
lamía sus femeninos vitrales?
He de llegar al círculo. Existir,
a pesar de la máscara
escondida en una tumba de relojes.


©Daniel Montoly

Saturday, October 4, 2008






PÁJAROS DE LA TERCERA EDAD

A estos jubilados, les sobra plata,
pero les escasea el cerebro:
Se levantan temprano
y van a la iglesia
en lujosos automóviles
a rezar, por miedo
de irse pronto.
Salen de cacería, entre anticuarios
buscan viejos caprichos
de La Belle Époque
o del Art deco:
Un negrito de cerámica
para colocarlo entre rosas
y petunias en el patio;
una negra bonachona y gorda
para la cocina,
como en los viejos tiempos.
Pero finalizando el día,
van por la medicina
y la comida al grocery.
Es cuando rescatan del Alzheimer
sus tarjetas de descuento.


©Daniel Montoly
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