Saturday, January 31, 2015
RESEÑA DE LIBRO
MIRADAS, UN ACERCAMIENTO A LA CULTURA CONTEMPORÁNEA DE
MASAS DESDE EL LENGUAJE POÉTICO.
El libro de poemas del español Antonio García, como su
título indica: “Miradas”, es un reparto de imágenes y situaciones expropiadas a
la condición mediata de la existencia cotidiana del sujeto poético. Imágenes
captadas como si fuese un fotógrafo o un voyeur
que, mediante el proceso gradual de la descodificación de su forma e
interacción alrededor de su quehacer, termina insertándose dentro de las mismas,
pasando a ser un elemento más del drama incompleto que es vivir, hasta dejar
posos entre lo cotidiano y el recuerdo.
La poesía de Antonio García se encuadra dentro del discurso
estético de la propuesta de “Los Nueve novísimos poetas españoles”. Converge en
la línea, aunque no generacional, con uno de los poetas españoles cuya poética transciende
las fronteras de la lengua castellana. Me refiero al poeta José María Álvarez y
su inclinación temática por una “literatura para literatura”, como fundamento
teórico: lo que algunos críticos han dado por denominar como “poesía
intelectual”. “Miradas” es un poemario en el cual lo cotidiano hace uso de la
cultura popular, manejando recurso discursivo de una manera excelente en cuanto
a lo forma, brindándole al lector una lectura amena, comprensible y cercana, por
su inserción dentro de la cultura de masas, como son la industria del
entretenimiento y el mundo de las celebridades:
Como que la Shaparova
le ha hecho
firmar un contrato de castidad
a su entrenador de tenis,
o que la Beyoncé,
en todos sus conciertos,
siempre canta
con váter sin estrenar.
García, con el cual mantengo mucha afinidad, es un poeta
del silencio contemplativo, cuya poética no pretende confluir con el lector en
un vértice convergente, sino mantener con este una relación desde la distancia
observadora del detalle, en el aspecto más humano del día a día del sujeto
poético.
Bajo el sábado
de la ciudad
no hay nadie.
Huyen los coches
la gente,
vacías
las entradas
de los hospitales.
A menudo, el yo hablante se nos presenta como un ser
desconcertado ante lo estático del tiempo-espacio que transcurre, que lo lleva
a cuestionarse si él también forma parte de lo que observa o es solo un
observador que mira como distinguiera Maurice Merleau Ponty en su obra de “La
Fenomenología de la Percepción”. No obstante, no podemos reducir el sujeto poético
de “Miradas” a la condición singular de un observador pasivo. Hacerlo sería
como enjaular un libro enriquecedor, tanto en contenido como en el uso ortosintáctico
del lenguaje. Y también en el equilibrio psicológico, en las emociones que
manifiesta:
Recuperas ahora nombres
del registro del olvido.
Son tantos y confusos,
dispersos y pequeños.
Finalmente, “Miradas”, poemario que tengo entre mis manos,
es una obra poética singular y abarcadora que emerge de la madurez de un
escritor que confieso ha sido una de mis influencias recientes en mi labor
creativa. Porque este poemario puede ser la mirada de cualquier lector, ya que
el discurso prevaleciente en él apela a la universalidad de la experiencia
humana, en un tiempo en que la globalización cultural, fomentada por la tecnología
tan cambiante, no permite que ningún ser continúe habitando en el fenómeno de
lo extraño del otro. Todo resulta ahora conocido en fracciones de segundos.
Cierro esta pequeña nota que hace justicia a esta obra, citando los siguientes
versos de García:
Y ahora, cuando aún puedo,
antes de que reniegue
mi cuerpo dolorido
y mi nombre ya sea
penumbra desasida.
Les invito, desde las páginas o miradas de esta obra
poética, a disfrutar del canto de este excelente poeta español, contemplando en
ellas el profundo paisaje que este poemario encierra entre sus cubiertas.
Daniel
Montoly
(01-25-2015)